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Harry Potter y la piedra filosofal (del libro a la pantalla)

22 Sep

ANÉCDOTA

Para un niño normal, la idea de un viernes sin clase significa alegría, televisión, videojuegos y amigos; pero no para ti. Tu padre anunció que aprovecharían la ocasión para ir a visitar a la tía Cleopatra ―que lo único de egipcio que tiene es el proceso de momificación―. Protestaste, hubo huelga de hambre; hasta pediste apoyo al consulado inglés, para que te invitaran a la boda real y así tener una excusa para no visitar a la tía Cleo. Nada funcionó.

Mientras tus mejillas son masacradas, te imaginas qué pasaría si pudieras desaparecerte, incluso te conformarías con que un tornado destruyera la cocina o que los zapatos de tu tía se convirtieran en ratas infectadas de peste bubónica.

Trata de relajarte, sólo serán tres días.

HARRY POTTER: 

El niño que fue del libro a la pantalla

«Harry Potter y la piedra filosofal» es el primer libro de la saga literaria «Harry Potter», escrito por la británica J. K. Rowling. La historia fue rechazada por varias editoriales ―supongo que despidieron a esa gente―, hasta que la editorial Bloomsbury aceptó apostar por ella. Fue publicada el día 30 de junio de 1997; y fue traducida al español por la editorial Salamandra en el 2000.

Fue un éxito inmediato, por lo que las críticas no tardaron: incluso fue acusada de promover al esoterismo. Así mismo, llegó la adaptación al cine, dirigida por Chris Culumbus en 2001, convirtiéndose rápidamente en una de las películas más taquilleras de la historia. Pero… ¿qué tan fiel es la adaptación cinematográfica al libro? Bien, para saberlo, comparemos cómo se cuentan (en el libro) y cómo se muestran (en el cine) tres de las escenas más importantes.

PRIMERA ESCENA

En la novela, la escritora nos presenta un mundo en fiesta, aunque la gente “normal” ―como ustedes―, no está enterada; nos habla de centenares de lechuzas en pleno día, de lluvias de estrellas y gatos que leen; conocemos a los Dursley: Vernon, Dudley y Petunia, así como la aversión que siente por todo lo referente a su hermana, incluso la niega ―qué diría Laura sobre esto, seguro les daría un carrito de Hot-dogs―; leemos el concepto de “muggle” aunque no se define; así mismo, comienzan los destellos de lo ocurrido con los Potter y su hijo, Harry.

Cuando llega la noche, Albus Dumbledore aparece en mitad de la calle, un anciano que viste raro ―nada que ver con Chespirito―. Está también es la primera escena de la película, y lo entiendo; después de todo, ¿a quién le importan los Dursley o el mundo? El anciano utiliza el Apagador para… ehm… apagar las luces ―sin comentarios― y le habla al gato-lector, que resulta ser una gata… es decir, la profesora MacGonagall. En la conversación de estos personajes nos enteramos de que hay celebraciones en todo el país y de la trágica muerte de Lily y James Potter. Pero en la película no nos dicen nada de esto, todo se resume a:

«―¿Los rumores son ciertos, Albus?

―Me temo que sí; los buenos… y los malos.»

En ambos casos, Harry es dejado para que crezca lejos de la fama, el cariño y de la presión por haber sido quien detuvo a Voldermort, para vivir entre el desprecio y la vergüenza con sus tíos sin saber por qué ―¿No quisieras tener un amigo así?

SEGUNDA ESCENA

Ahora hablemos de cómo los protagonistas encuentran a Fluffy, un adorable perro gigante de tres cabezas que custodia la Piedra filosofal ―sólo hablando de HP puedo decir una frase como esa sin quedar como un demente―. En el libro, Draco Malfoy reta a Harry a un duelo a medianoche. Hermione trata de disuadirlos, recordándoles que estar fuera de los dormitorios en mitad de la noche está prohibido; pero en su intento se queda afuera y no le queda otra opción que acompañarlos; en el camino también se encuentran a Neville ―otro personaje al que no le dan la importancia que merece― y… también va. Como era de esperarse, el reto era una trampa; por lo que se ven obligados a huir del celador/conserje, Filch―; entran justo al pasillo que les dijeron estaba prohibido. Y ahí conocen a Fluffy.

En la película: los tres amigos van caminando como si nada ―nunca queda muy claro a qué hora toman clase―, y ¡la escalera se mueve! Ellos corren al siguiente descanso y deciden, nada más porque sí, entrar a la puerta que tienen enfrente, a donde no deben ir ―nadie se lo esperaba…

“―¿Alguien más siente que no deberíamos estar aquí?

―Es que no debemos estar aquí: es el tercer piso. Está prohibido.”

Aparece la gata de Filch ―qué feo se lee eso―, y ellos corren para evitar el castigo. Lo que no entiendo es ¿cuál castigo?, ¿no pueden decir que la escalera se movió y ya? En fin, ahí conocen al tri-perro.

TERCERA ESCENA

Ahora, la parte clímax de la historia ―insertar música dramática y rayos, muchos rayos―. Comencemos en el punto en que Harry y compañía deciden impedir que el malo se haga con ella. Salen de noche ―sí, otra vez― y se encuentran a Neville ―sí, otra vez―, quien trata de detenerlos para que Gryffindor no tenga más problemas. Hermione lo petrifica y siguen de largo. Al encontrarse con Fluffy ―me encanta ese nombre―, ven que hay un arpa tirada, lo que significa que alguien más ya pasó por ahí; Harry toca una flauta que le regalaron en navidad ―qué conveniente―, y la bestia se adormece; se dejan caer por una trampilla y aterrizan sobre una planta a la que tienen que matar con fuego antes de que ella los asfixie entre sus ramas. Luego, entran a una habitación con llaves voladoras ―imagino que así se sienten los borrachos al llegar a casa―, en donde deben atrapar la correcta; los tres amigos vuelan en las escobas. Después, viene un juego de ajedrez mágico ―exijo tener uno de esos―; Ron ordena los movimientos, y al final queda malherido y deben dejarlo atrás―son magos, ¿no pudieron llevárselo levitando o algo así?―. La siguiente habitación tiene un acertijo con venenos, el cual Hermione resuelve con demasiada facilidad; pero nada más uno puede seguir, por lo que la amiga regresa con Ron. De la “batalla” contra Quirrel, el malo ―otra vez los rayos y la música―, se puede decir poco, pues sólo es la aclaración de los huecos en la historia y Harry gana, tocándolo… ―sí… se escucha terrible.

En la película, el arpa sigue tocando: el perro está dormido. La planta cambia, pues ahora basta con tranquilizarse para que no les haga nada, o pueden arrojar luz para que se retire. En la escena de las llaves, Harry es el único que vuela. Pero, lo que menos justicia tuvo fue el tablero de ajedrez: las piezas no hacen ni una cuarta parte de todo lo que dice el libro; igual, Ron queda lastimado ―golpeado por un trozo de polietileno pintado de roca― y no puede seguir; aquí mismo, Harry le dice a Hermione que se quedé con Ron. Omiten el acertijo. Y, ya contra Quirrel, es casi el mismo final.

CONCLUSIÓN

Hay muchas escenas en donde podemos ver que la película se enfocó en Harry Potter, y sólo en él; las circunstancias del mundo en que se desarrolla la historia, así como la participación e importancia de los otros personajes fueron reducidas, algunas incluso ignoradas. No digo que sea una mala adaptación, al contrario: creo que hicieron un muy buen trabajo al elegir su línea y trabajar  siempre sobre ella; querían mostrarnos a Harry como un héroe y no como un estudiante o un neófito en el mundo de la magia, como en varias partes hace el libro; y lo lograron.

«Lo que sucedió abajo, en la cámara, entre el profesor Quirrel y tú, es secreto; así que, naturalmente, toda la escuela lo sabe»

Quizás se debió a que gran parte de la novela se avoca a explicarnos por primera vez cada lugar, hechizo, persona y aparato; pero casi no hay escenas que quedaron fuera de la película. Lo cual, estoy seguro, muchos fanáticos de esta saga agradecen.

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Espero que les haya gustado esta publicación. Los invito a dejar sus comentarios, quejas, opiniones y demás. Si les gustó, denle “pulgar arriba”, sino… ehm… ehm… Nos vemos. Hasta la próxima publicación..